miércoles, 14 de mayo de 2008

Ensayo

UN BALANCE GENERAL A LA FERIA DE CALI 2007 SEGÚN LOS NIÑOS, JÓVENES, ADULTOS Y ANCIANOS


La tradicional fiesta de Cali a finales de año en nuestro país ha adquirido gran representatividad, a tal punto que la magnitud del evento es comparada con el majestuoso carnaval de Río de Janeiro. Los caleños han arraigado en su cultura la asistencia casi que puntual a la Feria de Cali desde los años 60, a partir de esa fecha cada año a sido memorable en la historia de la ciudad así hayan habido cambios con el pasar de los años, como por ejemplo, en las ropas. La cabalgata, el reinado, la salsa, los toros y la alegría han permanecido latentes en ese festival. No obstante, parece ser que la realización de ésta en los últimos años ha ido degradando, debido a que, el comité organizador, Corfecali, ha descuidado la planeación de ella convirtiéndola en una feria en la que reina el caos y la violencia olvidando que el principal fin por la que fue creada, supuso una esmerada preparación de la festividad durante el transcurso del año pues eso serviría de atractivo turístico y comercial a los visitantes. Actualmente sobresale entre los asistentes el desconcierto e inconformidad en su estructuración. Esa sería una de las razones para que en el año 2006 diferentes sectores sociales se unieran y demandaran la realización de uno de los eventos más esperados dentro de la programación de la feria, la cabalgata, ya que, es el epicentro para la formación no solo de desorden público, sino, del maltrato animal y la violación al derecho de la vida eso se arguyó al ser reportados en el año 2003 durante el festín el asesinato de una persona. La justicia penal saldría a favor de los distintos comités integrados y en el año 2007 el alcalde Ramiro Tafúr ante esta problemática decidió cancelar el tan anhelado evento caballístico en el cumplimiento de los 50 años de la fiesta caleña.
La pregunta que diseccionó el trabajo investigativo a raíz de esta eventualidad fue ¿La acogida de la quincuagésima (50) versión de la Feria de Cali en el año 2007, sin cabalgata; varió entre la población según los sectores sociales, la edad o tendencias ideológicas comparándola con la Feria del 2006? La respuesta a esto es que efectivamente su cancelación afectó a los distintos estratos sociales y la aceptación de ella tuvo distintas aprobaciones según las tendencias ideológicas o la edad; para explicarlo tomaré como referencia una encuesta que se realizó a una muestra de treinta y dos personas, 8 individuos de cada grupo según sean niños (0-12 años), jóvenes (13-29 años), adultos (30-59 años) y ancianos (60 en adelante); teniendo en cuenta una variabilidad en el estrato económico y tendencias ideológicas.

De antemano argumentaré como se vio afectada la ciudad de acuerdo a las categorías propuestas; para iniciar tomaré al grupo de los niños, superficialmente se puede llegar a razonar que es una población cuya importancia y opinión es de poco cuidado en la realización de un certamen a juzgar por su edad; sin embargo, los agrupé dentro de las encuestas, ya que, ellos poseen gran influencia hacía sus padres siendo determinantes al momento de decidir que lugar es propicio para asistir y divertirse. En la realización de la feria de Cali se ha preparado un espacio para ellos, por ejemplo, la chiquiferia, los juegos mecánicos frente al CAM, ó en el año 2007 en el Parque de las Banderas también se organizo un centro de diversión; esa fue la razón por la que el 70% de los niños encuestados de estratos dos y tres, no se vean tan afectados con la cancelación del desfile equino, porque, como mencioné para ellos se han pensado otras formas de participación en la feria que a pesar de no ser eventos de una totalidad gratuitos, son de un precio cómodo para su asistencia. El otro 10% de la muestra básicamente de estrato uno, si se vio afectado con la prohibición del espectáculo, porque es la única forma de participación de ellos en la programación oficial de la feria. Y el 20% restante de estratos tres y cuatro, no se vieron perjudicados, pues su asistencia a los programas preparados no dependen de un valor monetario, aunque, de todas formas extrañaron la cabalgata. De los niños encuestados, no se encuentra ninguno que siga una tendencia ideológica contra el maltrato animal o todavía no tienen una filosofía de vida “pro-naturaleza” consolidada o que se halla visto influenciado por sus padres. Entre estos infantes a pesar de que cuentan con diferentes alternativas para divertirse en especial de los estratos dos, tres y cuatro notan la ausencia del desfile de caballos, debido a que sirve de pretexto para reunir la familia e interactuar con otros niños.


Los resultados entre los jóvenes fue más diferenciado, pues el 60% de ellos sin seguir alguna tendencia ideológica a favor de la naturaleza, los animales o el ecosistema, pertenecientes a estratos sociales uno, dos y tres no les beneficio quitar la programación habitual equina, debido a que, casi no asisten a otras festividades feriales cuando no son gratuitos conllevando a que su participación en feria del 2007 fuera casi nula en comparación a la del año anterior. El otro 20% de estratos tres, fue favorable su suspensión, ya que, no asisten a ellas porque tienen postura radical contra el maltrato animal, prefiriendo participar en última instancia de otros festejos que ofrezca la celebración. El 10% restante tampoco se vio perjudicado, a pesar de que no tienen una postura ideológica “pro naturaleza” definida no es de su interés asistir a tales fiestas. Eso quiere decir, que en los jóvenes existe una división por lo menos notoria respecto a una posición frente la feria del 2007, obviamente como es de suponer existieron abucheos y halagos a la decisión del alcalde incluso hubieron algunos quienes propusieron hacer definitiva la cancelación equina en los festejos decembrinos caleños.
Aunque esto haga pensar que la mayoría de los jóvenes en la ciudad estén a favor del controvertido evento, habrá también un notable sector contra ello, por lo tanto, debe buscarse una reconciliación de ambas posturas. Escuchar a la ciudad en su democracia en la programada consulta para decidir el futuro de la realización de la cabalgata, no significa ignorar las minorías o la oposición, pues ese micro sector de igual modo hace parte de la ciudad.

A diferencia de los jóvenes, entre los adultos si se encuentra una mayor uniformidad en sus opiniones, el 80% de los encuestados de estratos uno, dos y tres se vieron desfavorecidos con la inhabilitación de la exposición caballar, debido a que, además de ser un evento al que se permite su entrada gratuitamente, genera un sentido de pertenencia alrededor de ella: la rumba, la salsa y las mujeres bonitas. El otro 20% estuvo conforme porque seguían alguna tendencia ideológica. De otro lado, los ancianos de estratos uno y dos el 80% no asisten acostumbradamente a la cabalgata por la incomodidad que les genera asistir, por lo tanto su respuesta fue parcial; el 20% de estratos cuatro y cinco extrañan la cabalgata pero tampoco se ven afectados.
A pesar de que las encuestas demuestren que en 80% de los niños y el mismo porcentaje de los ancianos no se vieron afectados con la prohibición del desfile caballístico en el 2007, lo cierto es que la ciudad en ésta temporada navideña funciona realmente para los verdaderos consumidores del festín que son los jóvenes y adultos, siendo perjudicados los unos con un 60% y los otros con un 80% respectivamente. Eso queda demostrado, económicamente en la ciudad, debido a que, tanto Bavaria como la Industria de Licores del valle no tuvieron los mismos ingresos que años pasados cuando se había realizado la cabalgata. Asimismo, los sectores como el de las ventas informales también notaron bruscos desmanes, porque, no contaron con lo que fue la venta de sobreros, botas, y el alquiler de todos los elementos derivados del montaje de las tarimas como andamios,
madera, sillas, sonido, carpas etc; de igual modo, tuvieron pérdidas económicas las discotecas y bares por donde pasa el tradicional desfile ese día

El ambiente de feria tampoco se sintió en las calles y avenidas principales, los caleños, a pesar de que contaron con atractivos alternos que remplazaron la demostración caballar, no asistieron porque la tradición ya había programado anteriormente que realizar ese día; algunos pasaron el 25 de diciembre normalmente, otros saldrían pero la tarde no fue tan alegre como de costumbre.
Frente a esta problemática se han generado varias posiciones, por ejemplo, la de los distintos comités regionales y personas en contra del maltrato animal y por otro lado, los que opinan que Cali no debería abandonar un espacio a sus raíces tradicionales agropecuarias y rurales que la celebración intenta revivir, yo simplemente digo que se debe hallar una reconciliación de ambas posturas, puesto que, las dos son importantes, tratando de conseguir un dialogo con el fin de que se llegue a un interés unánime para el bienestar de la comunidad.


Durante el ensayo lo que he mostrado es como ciertamente la ciudad se ha visto perjudicada con la decisión del alcalde Tafúr, no obstante, creo que la cabalgata puede revivir lo que fue en sus inicios un elegante desfile equino con escuelas de equitación y exigencias por parte de los directivos frente a la organización y cuidado de los animales expuestos; ya que, según las cifras de la Fundación Paz Animal, tras la cabalgata del año 2006 resultaron 8 caballos muertos de cansancio o acuchillados por sus dueños, 38 sufrieron lesiones y 29 más se perdieron por la negligencia de jinetes ebrios. Estas estadísticas dejan mucho para decir acerca del tradicional desfile, pues es para recordar el sentido identitario que se gira en torno a ella la ciudad, y antes que incitar orgullo genera vergüenza, por esa razón es necesario que los caleños tomen conciencia de esto, sino, que asuman sus consecuencias.

En conclusión, puede que la naturaleza de la feria sea netamente económica y que la ciudad haya tenido como pérdidas, $539 millones, sin embargo, no hubieron personas muertas ni tampoco animales maltratados, todo depende del sentido de pertenencia y civismo frente al símbolo preponderante de Cali. Del mismo modo se debe hacer un llamado de atención a Corfecali y también hasta el momento el poco papel representativo del Estado y el departamento por solucionar este inconveniente. Pues habría que observar que tan importante es para toda la población y que tan comprometidos están en remplazar “la cabalgata” de acceso a todos por la “diversión” y rumba en favor del bienestar de los animales. Esperemos se promuevan soluciones en favor de todos. ¿Si los “comités verdes” vuelven a ganar esta siguiente batalla habría que empezarse a pensar una feria también sin toros? habría que esperar que acontece.